La Sede Náutica del Club Universitario, diseño vital

8/4/10

Como estamos proyectando el diseño y desarrollo de la web de la Sede Náutica del Club Universitario de La Plata, visitamos dicha sede en Punta Lara, sacando fotos y documentándonos.

La diseñamos buscando que tuviera un look and feel de blog, al que el visitante casual está más acostumbrado, y que además permite ir agregando contenidos y eludiendo las secciones fijas que desbaraten el orden de lectura y confundan la navegación. De paso, entraña una vista amigable para el eventual interesado, ya que presenta una estética bien actual y sencilla.
También buscamos que estuviera todo a la vista, al alcance del scroll, atendiendo al tipo de lector de la web y que el diseño se adecuara al tipo de estética del lugar, pero sin dejar de verse accesible. Lo resolvimos combinando tipografías de las familias Bellevue para los títulos, TheSans para subtítulos y variables de helvética para los textos. Las fotos se obtuvieron en el lugar a lo largo de tres sesiones de trabajo. Es una página sencilla y simple.
Pero lo que más motiva este post que el edificio y el lugar sean verdaderamente impresionantes y al alcance de todos, y no tan conocidos en la Provincia como debieran.
La Sede Náutica de Punta Lara fue construida por el antiguo Jockey Club de la Provincia de Buenos Aires entre los años 1935 y 1936, conjuntamente con la escuela, la colonia de vacaciones, la comisaría, la capilla y el murallón de piedra de todo Punta Lara.

El estilo arquitectónico del edificio, influenciado por las ideas de Le Corbusier y el racionalismo de la Bauhaus, fue proyectado y construido por el Arq. Luis Pico Strada y completado en sus remodelaciones por el Ing. Julio Barrios.


Cuando el Jockey Club, luego de una larga decadencia, virtualmente se disolvió y quebró en 1989, el Club Universitario de La Plata, por concesión judicial, se hizo cargo de la sede náutica en forma provisional, adquiriéndolo el 22 de noviembre de 1992, para rescatarlo así de su –hasta ese momento– inexorable desaparición.



Si recorremos el club, resuenan en sus elegantes salones los bailes de las décadas del 40 y 50. Contemplar cualquiera de sus frentes es un regalo de dimensiones de otra época para todos los sentidos: la arquitectura perfectamente emplazada, los árboles, los jardines, el espigón y el horizonte son un conjunto difícilmente transferible.
Podemos encargar algo fresco en el bar y desparramarnos en una reposera a dejar pasear la vista por nuestro maravilloso río, mientras charlamos con amigos o leemos. Quienes sean un poco más deportistas pueden hacer gimnasia, jugar al voley, tenis o basquet.



Los más chicos pueden explorar la naturaleza en un parque inmenso muy bien cuidado, de añosa arboleda y amplísimo frente de vista al río, nadar en una pileta especial para ellos bajo la tutela de guardavidas o jugar en los juegos que el club dispone. Los amantes de la náutica pueden practicar Windsurf, Kitesurf, Kayak y canotaje, para los que la Sede Náutica cuenta con un acceso inmejorable al río, elegidos para los concursos anuales de kitesurf en la Provincia. Cuenta también con una nueva bajada para embarcaciones. Aquellos que gusten de la pesca encuentran un atractivo extra en el único muelle de aguas pasantes de 550 metros que existe en esta costa.

Mientras la web está en preparación, publicamos estas fotos que no llegan a hacerle real homenaje a este lugar de la costa. La Sede Náutica es una joya del pasado argentino que gracias al Club Universitario hoy puede ser disfrutada por todos.
Un lugar para encontrarse con hermosos pinares, con una impresionante bajada al Río de La Plata, con impecables piletas de agua salada para todo el mundo (una de ellas olímpica, donde los nadadores profesionales pueden ejercitarse en andariveles reservados) y sobre todo, con el disfrute de un espacio pensado en otra época, como para descansar y al mismo tiempo no dejar de maravillarse, hoy. Para más información, visitar http://lausedenautica.com.ar.



















2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy bueno
Adelante
Julio

Eduardo Karakachoff dijo...

Muchas Gracias Julio!