Levantamos esta nota de Bárbara Celis en El País Edición Global de hoy porque está intimamente relacionada con el mundo editorial y con la firma que hasta hace un tiempo fabricaba específicamente nuestras herramientas de trabajo, y que hoy se está volviendo cada vez más cotidiana. Quienes gusten leer la original, pueden hacerlo picando el enlace.
Mientras tanto, peguemos un vistazo a lo que se viene:
Apple, a la conquista de las escuelas
Mientras tanto, peguemos un vistazo a lo que se viene:
Apple, a la conquista de las escuelas
Una vez más, Apple consigue su objetivo: envuelta en el secretismo habitual que rodea todas sus presentaciones, la firma del difunto Steve Jobs ha vuelto a conseguir que la prensa estadounidense salivara ante la convocatoria organizada este jueves en Nueva York para anunciar su intención de ‘reinventar’ el libro de texto a través del lanzamiento de nuevas herramientas que transformen la experiencia de estudiar en algo completamente interactivo y de paso, y esto es lo que nadie dice abiertamente, convertir a la religión de Apple a los niños desde su más tierna infancia.
Era un viejo sueño de Jobs, como dejó escrito en su autobiografía, revolucionar el mundo de los libros de texto a través del iPad. Y poco a poco, aunque él ya no esté, su empresa se va a acercando. En el museo Guggenheim de Nueva York, como si se tratara de una obra de arte, los directivos de Apple anunciaron la llegada del iBooks 2, la versión mejorada de su librería digital, que desde ahora tendrá su propia sección dedicada a los libros de texto y que, además, serán completamente interactivos, permitiendo el despliegue de vídeo, audio, gráficos y anotaciones (algo que su principal rival Amazon no ofrece en su Kindle).
Además, Phil Schiller, vicepresidente de marketing de la empresa y Roger Rosener, responsable de productividad y aplicaciones, anunciaron la llegada de una nueva herramienta llamada Ibooks Author que permitirá a cualquier persona sin conocimientos informáticos crear libros interactivos. “La educación siempre ha estado en nuestro ADN y ha sido así desde el principio”, subrayó Schiller para reforzar la idea de que Apple ha entrado en ese mercado para quedarse. Sin embargo, lo que hasta ahora Apple no tenía era el beneplácito de las tres grandes editoriales estadounidenses que manejan el 90% de las ventas de los libros que se utilizan en la enseñanza primaria y secundaria, Pearson, McGraw.Hill y Houghton Mifflin. Pero desde ahora ya son sus aliadas. Según anunció Schiller ayer, todas ellas han firmado un acuerdo con Apple para vender los libros que hoy utilizan millones de estudiantes de secundaria a 14,99 dólares (11,6 euros) para su versión de iPad (que cuesta 499 dólares, 386 dólares). Al menos siete de esos libros ya estaban disponibles hoy mismo en Estados Unidos.
“Desde siempre la estrategia de Apple ha sido pensar que si puedes atrapar a los niños desde la escuela es más probable que se interesen por sus productos cuando crezcan”, aseguraba ayer en el diario The Washington Post Carl Howe, de la consultora de consumo Yankee Group. Según datos del congreso que ayer publicaba The Washington Post, Apple ha invertido ya más de 100 millones de dólares (77 millones de euros) en becas para que el Departamento de Educación invierta en tecnología. En los años ochenta hacía lobby para conseguir exenciones fiscales que favorecieran la llegada de ordenadores a las escuelas y ahora lo hace para que el sistema educativo público invierta en iPads. Y de momento no le va mal: hay más de 3.000 escuelas de todo el país con programas piloto donde esa tableta es la protagonista.
Apple trata así de plantarle cara a Amazon en el universo del libro de texto, un jugoso mercado que mueve 10.000 millones de dólares al año y en el que Amazon le lleva la delantera hace tiempo. Recientemente, la mayor librería digital del planeta había anunciado dos iniciativas dolorosas para sus rivales: el alquiler de libros de texto, algo que de momento, Apple no ofrece y un acuerdo con bibliotecas de todo el país para prestar libros a través de ellas. Barnes & Noble, por su parte, también permite alquilar o comprar libros de texto, aunque de momento no están disponibles para tabletas. Lo mismo ocurre con Chegg, actualmente la web más grande dedicada al alquiler de libros de texto. La movilidad que ofrece Apple, unida a la interactividad, es su mayor garantía de éxito, siempre y cuando los padres estén dispuestos a invertir en un iPad para sus hijos, de momento, la tableta más cara del mercado.
Philip Schiller, durante la presentación de iBooks 2. / MARIO TAMA (AFP) |
Además, Phil Schiller, vicepresidente de marketing de la empresa y Roger Rosener, responsable de productividad y aplicaciones, anunciaron la llegada de una nueva herramienta llamada Ibooks Author que permitirá a cualquier persona sin conocimientos informáticos crear libros interactivos. “La educación siempre ha estado en nuestro ADN y ha sido así desde el principio”, subrayó Schiller para reforzar la idea de que Apple ha entrado en ese mercado para quedarse. Sin embargo, lo que hasta ahora Apple no tenía era el beneplácito de las tres grandes editoriales estadounidenses que manejan el 90% de las ventas de los libros que se utilizan en la enseñanza primaria y secundaria, Pearson, McGraw.Hill y Houghton Mifflin. Pero desde ahora ya son sus aliadas. Según anunció Schiller ayer, todas ellas han firmado un acuerdo con Apple para vender los libros que hoy utilizan millones de estudiantes de secundaria a 14,99 dólares (11,6 euros) para su versión de iPad (que cuesta 499 dólares, 386 dólares). Al menos siete de esos libros ya estaban disponibles hoy mismo en Estados Unidos.
“Desde siempre la estrategia de Apple ha sido pensar que si puedes atrapar a los niños desde la escuela es más probable que se interesen por sus productos cuando crezcan”, aseguraba ayer en el diario The Washington Post Carl Howe, de la consultora de consumo Yankee Group. Según datos del congreso que ayer publicaba The Washington Post, Apple ha invertido ya más de 100 millones de dólares (77 millones de euros) en becas para que el Departamento de Educación invierta en tecnología. En los años ochenta hacía lobby para conseguir exenciones fiscales que favorecieran la llegada de ordenadores a las escuelas y ahora lo hace para que el sistema educativo público invierta en iPads. Y de momento no le va mal: hay más de 3.000 escuelas de todo el país con programas piloto donde esa tableta es la protagonista.
Apple trata así de plantarle cara a Amazon en el universo del libro de texto, un jugoso mercado que mueve 10.000 millones de dólares al año y en el que Amazon le lleva la delantera hace tiempo. Recientemente, la mayor librería digital del planeta había anunciado dos iniciativas dolorosas para sus rivales: el alquiler de libros de texto, algo que de momento, Apple no ofrece y un acuerdo con bibliotecas de todo el país para prestar libros a través de ellas. Barnes & Noble, por su parte, también permite alquilar o comprar libros de texto, aunque de momento no están disponibles para tabletas. Lo mismo ocurre con Chegg, actualmente la web más grande dedicada al alquiler de libros de texto. La movilidad que ofrece Apple, unida a la interactividad, es su mayor garantía de éxito, siempre y cuando los padres estén dispuestos a invertir en un iPad para sus hijos, de momento, la tableta más cara del mercado.